Cada día es un nuevo día. Cada hora es una nueva hora. Cada minuto, un minuto nuevo. Y cada momento es un flamante momento nuevo.
Es nuestra decisión si recuperamos cosas que pasaron en el pasado, al momento presente. A veces nos sugestionamos para creer cosas como: “Oh, mi día se arruinó.” O “Ese problema arruinó mi semana por completo.” Decimos cosas como “Me levanté del lado equivocado de la cama.”
Comenzamos el día enfadados, molestos o frustrados, y de alguna manera eso afecta nuestras interacciones más tarde durante el día. Esto afecta la forma en que comemos, si acaso hacemos ejercicio, cómo nos sentimos en nuestro cuerpo, el tono de nuestra voz. Quedamos atascados en el tráfico, llegamos tarde, estamos tensos, peleamos nuestro lugar de estacionamiento, y entonces… ¿de qué forma interactuamos con la gente cuando llegamos al sitio que íbamos?
Tenemos el poder de decir: “Este es un momento nuevo.”
A menudo, esta práctica donde podemos comenzar de nuevo, parece imposible. Pero, es también la diferencia para poder ser profesionales, presentes y exitosos en nuestra vida diaria. Nos quedamos atrapados en el pasado (incluso si el pasado fue el de hace unos pocos minutos), y olvidamos que la vida nos brinda en cada momento la habilidad para volver a empezar. Un momento nuevo.
¿Cómo lo hacemos?
Nos hacemos responsables. Tomar responsabilidad es tener libertad. Nos hacemos responsables y reconocemos qué es lo que nos colocó en esta situación. Si es que necesitamos hacernos responsables de nuestras acciones frente a alguien más, lo hacemos. NADA DE CULPAS. No culpes a otros o al tráfico, o a la ciudad por tu mal día. Pero, tampoco pases horas sintiéndote avergonzad@ o culpable. Solo tómalo con responsabilidad.
Creamos un ritual, una elección consciente para volver a comenzar. En mi familia,
¡lo que hacemos es ponernos en movimiento! Cambiamos a nuestro cuerpo de alguna forma. Mi esposo y yo le llamamos a eso “el desplazamiento”. Para cambiar, necesitas desplazarte. Para mí, esto a veces significa un gran salto a la derecha, es como si estuviera cambiando de canal y reiniciara todo. A veces mi esposo me hace girar unas tres veces, y ya es un momento nuevo. Tal vez tú desees cantar una canción simplona. Lo que sea que te funcione, inténtalo.
Aprendemos de ello. Reprogramamos nuestros pensamientos y acciones para cobrar conciencia de que cada momento es nuevo, y que siempre podemos volver a empezar. Respiramos adentro de este momento. Es justo en la novedad donde existen posibilidades infinitas, amistades, risa, gente que te necesita, oportunidades para ser útil.
Entonces, te invito a bajar tu teléfono… levanta tu vista del monitor. Y disfruta un nuevo momento. ¿Cómo puedes aplicar esto en tu vida diaria?
¡Te deseo una excelente semana!
Amorosamente,
Ashley