¡Hola!
Espero que todo vaya muy bien para ti durante tu verano.
Durante las últimas 4 semanas he tenido una de las experiencias más bellas … poder enseñar a mis increíbles alumnos, cómo sentirse bien y escuchar a su cuerpo. Nuestros cuerpos son mosaicos de historias, recuerdos, colores, únicos y diferentes cada uno. En los cursos de verano este año (clases de movimiento somático y danza terapéutica) en Danzjafora Centro Interdisciplinario de Artes Escénicas, he podido ser testigo de la bellísima forma en que el cuerpo se expresa y conecta, el placer de movernos juntos con cuerpos de todas las formas, tamaños, niveles de experiencia y edades.
Nuestras edades van de 12 a 75 y de nivel básico hasta bailarines profesionales que engalanan los escenarios de México; ¡hay de todo!: Jóvenes apenas descubriendo sus cuerpos, trabajadores de oficina, sobrevivientes de cáncer, madres, hermanos, hijas, todos unidos para movernos. He aprendido que mis clases se enriquecen cuando son abiertas para todos los niveles, y aprendemos juntos. Bailamos no como un espectáculo, sino para conectar, expresar y abrazar nuestros cuerpos.
La aceptación de mi cuerpo tal como es ha sido un gran descubrimiento para sentirme bien en mi propia piel, reir y disfrutar el momento presente. Trato de ver mi cuerpo con empatía y compasión, y desde ese punto puedo transformar, cambiar y crecer. Procuro comunicar estas ideas a los demás en mis clases. Lo que sucede no es una clase técnica dirigida para “hacer los movimientos correctos” … sino que, escuchamos el cuerpo, jugamos juntos y la transformación ocurre naturalmente.
La sala de clases es para mí un auténtico parque de juegos, y nunca dejo de maravillarme con la gente que puede llegar a mis clases, y con la hermosa transformación de oruga a mariposa que ocurre cuando escuchamos a nuestros corazones y movemos nuestro cuerpo. Los introvertidos se expanden. Los extrovertidos se relacionan. Las mamás se relajan. Los empleados de oficina se estiran. Los habladores escuchan. Los silentes comienzan a hablar. Es hermoso.
Estoy profundamente agradecida y honorada de convivir con espíritus hermosos, profundamente humanos. Ha sido para mí un regalo precioso el guiar estas clases. Este es mi trabajo. Esto es lo que amo.
Si a ti te interesan mis clases de danza terapéutica, clases de movimiento somático o sesiones privadas, por favor ponte en contacto conmigo. Si tú te das la oportunidad de probar esta experiencia, estoy segura de que tu ser crecerá y tu vida se enriquecerá.
A mi me encantaría conocerte y tenerte como miembro de nuestra Comunidad de clases y talleres Vive Radiante en la Ciudad de México. Igualmente, me honraría el guiar un taller o clase para tus amigos o una escuela en tu área. ¡Quedo a tus órdenes!
Te mando un abrazo fuerte y te deseo muchos momentos radiantes esta semana.
Ashley