PARTE 1
ERES RADIANTE.
Puedes sentirte bien.
Tienes todo el derecho de sonreír.
¡Tienes permiso de reír!
A veces nos sentimos culpables por sentirnos bien, estar de buen humor, disfrutar la vida. Es como si apenas comenzáramos a sentirnos de maravilla, nuestra mente dijera: “¡oye! ¡No tienes permiso para sentirte bien!” y de inmediato comienza a buscar razones por las cuales no debiéramos de sentirnos bien.
Y, los medios de comunicación tampoco ayudan. Constantemente nos bombardean noticias, contenidos, y eventos mundiales que nos recuerdan del sufrimiento en todas partes.
Pero, te lo aseguro, el hecho de que tú decidas sufrir, no contribuye en lo absoluto a solucionar ninguno de los problemas del mundo. Escoge ser alegre. La felicidad es una elección y una práctica de diario, no es algo que tenga que ver con tus circunstancias. Permite que tu luz brille, con toda intensidad.
Baila. Ama. Juega. Y ten gratitud.
PARTE 2
(Tan solo un pensamiento más que yo quisiera compartirte)
Ve de qué forma interpretas el éxito de otras personas. A menudo es fácil sentir que si alguien tiene éxito, eso significa que nosotros no.
Esa forma de pensar puede limitar grandemente nuestro gozo.
Celebra a la gente alrededor de ti quienes tienen éxito. La abundancia es el estado natural de la naturaleza, y es nuestra mente temerosa la que nos dice que no hay suficiente para todos. Cuando veas que tus colegas tienen éxito, ¡celébralos, ámalos, y disfruta de su éxito!
Conecta con tu misión tu propio corazón, respira hacia adentro y afuera. Sé paciente y persistente. Mantente en paz con tu propio camino, igual que con el de los demás. Sigue trabajando, y todo, en el momento apropiado, llegará a ser cómo tú lo deseas.
Baila. Ama. Juega. Y ten gratitud.
Con mucho cariño,
Ashley